En este segundo artículo sobre el Código de la Bondad vamos a exponer el siguiente mandato de socialización de género, es decir, abordamos otra forma en la que se adoctrina a las mujeres a adoptar ciertas creencias, actitudes y roles respecto a su comportamiento o su cuerpo, con la falsa creencia de que eso les generará una satisfacción permanente, pero que en el fondo lo que genera es una insatisfacción casi constante y un malestar significativo en el que predomina el sentimiento de culpa y vergüenza, si se les ocurre saltarse la norma impuesta artificialmente por nuestra sociedad (patriarcal). Por su puesto que esta forma de educar negativa no siempre se realiza de forma explícita y directa.
¿Cómo reconocer este mandato?
El segundo mandato del código de la bondad dicta lo siguiente : "Sé buena, sé educada, mantén el control, no olvides que eres una mujer" o "No bebas, no comas, no te enojes, no expreses alegría, las mujeres buenas y educadas no necesitan nada"... Estas son algunas consecuencias derivadas de asumir esta creencia:
- Sensación de incomodidad al enfadarse que hace que no se exprese directamente, a veces con llanto, normalmente a solas.
- Vergüenza al competir en el trabajo y en los deportes.
- Evitar discusiones o "perder con gracia".
- Miedo cuando existe un desafío directo.
- Jamás levantar la voz.
- Comportamiento sumiso frente a figuras de autoridad.
- Creencia que lo peor que puede pasar es perder el control ante alguien.
- Sensación constante de que no se es lo suficientemente atractiva y que por eso no se va a ser amada.
- Dificultades para disfrutar de placeres sensuales (baños, masajes, comidas...), corporales (bailar, deportes...) y sexuales (dificultad para "soltarse" y mostrarse espontanea por miedo a ser demasiado seductora).
¿Cómo superar este mandato del código?
La fórmula para abandonar este código es adoptar el código del equilibrio dirigido a la satisfacción las verdaderas necesidades personales y no a evitar los sentimientos de culpa y miedo. Cuando una mujer se ve afectada por esta presión para mantener el control puede intentar comportarse de esta manera para superarlo:
- Interiorizar que tienes derecho a expresar tus pensamientos, emociones y necesidades.
- Tener claro que tienes derecho a ser escuchada y respetada.
- Implicarte en defender tus derechos.
- Conocer y defender lo que quieres, sin que necesariamente lo quieran los demás.
- Practicar el decir "no".
- Entender que tienes derecho a equivocarte y que no pasa nada. Permítete equivocarte.
- Pensar que una discrepancia es una oportunidad para enriquecerse.
- Enfréntate y rechaza las críticas hacia lo que te gusta y lo que quieres.
Atrévete a buscar y a soltarte de todas las ataduras inconsciente que te han impuesto por el hecho de ser mujer. Tu calidad de vida aumentará exponencialmente.
Quien conquista a otros es fuerte; más el que se conquista a si mismo es realmente poderoso. Lao Tsé.
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