Como hemos analizado en otros artículos, el código de la bondad explica una serie de mandatos sociales que seguimos las mujeres para sentirnos buenas y valiosas. Los aprendemos a través de la socialización y la presión social desde que somos niñas (directa e indirectamente) y a través de los modelos sociales de otras mujeres. Este aprendizaje de cómo debemos ser las mujeres nos dificulta centrarnos en nuestras propias necesidades y proyectos personales diluyendo nuestra identidad personal.
Hasta ahora hemos analizado el mandato I: Sé atractiva, el mandato II "Controla tus emociones" y el mandato III: No seas egoísta y ten una actitud de servicio. Una mujer buena vive para dar. Hoy analizamos el cuarto mandato de género para las mujeres: Una mujer buena se responsabiliza de sus relaciones.
Cómo reconocer este mandato
Cuando sabemos que hay un problema en una relación, lo asumimos como culpa nuestra.
Nos sentimos culpables porque nuestro/a hijo/a tiene un problema o no alcanza los logros que esperábamos.
Sentimos que somos siempre las que debemos plantear los problemas.
Sentimos que no podemos dejar una relación aún cuando no sea satisfactoria.
Nos sentimos culpables por los conflictos o las interacciones difíciles.
No esperamos que la otra persona se esfuerce tanto como nosotras en resolver el problema.
Hacemos una parte del trabajo que en realidad es mayor de la que nos corresponde.
Damos más de lo que obtenemos.
El amor es lo primero, se convierte en el centro de nuestra vida.
Nuestras relaciones personales se centran en "dar, entregar y compartirlo todo".
Nos convertimos en expertas en las necesidades de las/os demás, pero estas habilidades (ser sensibles, intuituvas, generosas...) nunca están a nuestro propio servicio.
Si la relación va mal, nos sentimos culpables y buscamos la causa de los problemas en nosotras mismas, en nuestra forma de ser y en nuestra actitud.
Nos cuestionamos si estamos "dando" bastante en la relación y si podemos esforzarnos más.
Solemos permanecer en relaciones inviables o nocivas para nosotras, `porque pensamos que si conseguimos descubrir cuál es nuestro fallo y hacer lo correcto, la relación funcionará.
Buscamos todo tipo de soluciones, porque si la relación termina, lo sentimos como un fracaso personal.
Nuestra autoestima queda asociada al éxito en las relaciones personales.
Cómo superar este mandato
No hacer del amor el centro de mi vida, sino un área más en la que puedo desarrollarme.
Utilizar mis habilidades desarrolladas por mi rol (sensibilidad, empatía, intuición...) hacia mí también.
Responsabilizarme de mi desarrollo personal y permitir el de los demás: a nivel físico, emocional y mental.
Valorar que mis relaciones personales me permitan crecer como persona, no limitarme o incluso anularme.
Centrarme más en disfrutar de las relaciones en vez de trabajar sobre ellas.
Ser recíproca en mis relaciones (dar y recibir): para eso es necesario una relación de igualdad (respeto mutuo a la individualidad, compartir responsabilidades...).
Cuando las cosas van mal en una relación, no sentirme culpable de forma exclusiva: pedir 50% de responsabilidad.
Si la otra persona de la relación no asume su parte de responsabilidad, tomar decisiones pensando en mis necesidades exclusivamente.
"A veces hay que olvidar lo que sientes y recordar lo que mereces" Frida Kahlo
Irene Mollá Balañac
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