Los seres humanos buscamos la seguridad para combatir el miedo. El miedo a la incertidumbre, a la pérdida, al dolor... Nos da tanto miedo sentir ésto que tratamos de controlar nuestro entorno apegándonos a las cosas, los hábitos, los lugares o las personas. No nos damos cuenta de que el control excesivo y el apego convierten en traumáticas situaciones que pueden provocarnos dolor, pero que indudablemente nos dan una relación más libre y pacífica con nosotros/as mismos/as o con el entorno.
Podéis leer más acerca de este tema en nuestro artículo El problema del exceso de control
Hoy os traemos un pequeño y delicioso cortometraje de animación, Dechen, que refleja muy bien esta idea.
Dechen es un ladhaki, un monje budista tibetano en entrenamiento, que tiene pasión por la jardinería. Una noche de tormenta, rescata una flor exquisita llevándola al interior. Sin embargo, a pesar de sus preocupaciones y cuidados, la flor inexplicablemente comienza a desmoronarse...
“En la vida de las abejas encontramos una gran lección. En general el hombre construye para sí, piensa en el valor de la propiedad, ambiciona conseguir más bienes, sufre y pelea ante la inminencia de perder aquello por lo que ¨ luchó ¨ por conseguir. Prisionero en un plano denso, pierde oportunidades de experiencias superiores.
En cambio las abejas fabrican su alimento sin destruir nada, además, donan la mayor parte. La lección de las abejas está en su espíritu de donación. En un acto poco común de desapego, abandonan lo que les llevó una vida construir. Simplemente lo sueltan sin preocuparse por el destino que tendrá”. Anthony de Mello
Irene Mollá Balañac
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