Dos de los factores fundamentales que han supuesto la supervivencia y hegemonía del ser humano sobre otras especies han sido su capacidad de asociarse y de cooperar. El grado de complejidad social de una especie se ha mostrado determinante para su exitoso avance evolutivo. Primates, delfines, abejas u hormigas son otros ejemplos de permanencia, evolución y prosperidad social.
Las conductas sociales positivas con o sin motivación altruista se denominan conductas prosociales. La motivación altruista se define como el deseo de favorecer al otro con independencia del propio beneficio. Por el contrario, la motivación no altruista es aquella que espera o desea un beneficio propio además del, o por encima del ajeno.(1)
El grado de empatía es determinante y se concibe como clave en el proceso de toma de decisiones, sea consciente o inconsciente, que puede dirigirnos a comportarnos de manera prosocial o no. La empatía es una respuesta afectiva de comprensión sobre el estado emocional de otros, que induce a sentir el estado en el que se encuentra el otro (2). Existe apoyo empírico que respalda ampliamente la hipótesis teórica que relaciona la empatía con la conducta prosocial.
La motivación es un claro determinante de la conducta prosocial. Los motivos por los que una persona realiza un tipo de comportamientos no son fáciles de averiguar, incluso para la propia persona:
…Es muy posible que la persona no sepa el grado en el que sus intenciones son altruistas…Muchas veces sólo las consecuencias o resultados del procesamiento de la información se hacen conscientes, no el proceso en si mismo…Las personas no siempre son conscientes de por qué se comportan, cómo lo hacen…Actúan o no actúan. Las razones conscientes, verbales, llegan más tarde. (3)
Hoy en día, por ejemplo, se prescriben comportamientos altruistas en algunos tratamientos psicológicos.
En una sociedad amenazada como la nuestra y en una humanidad en riesgo de quiebra, en la que desde algunos sectores reaccionarios (neocons y otros radicalismos) se promueve el individualismo y la empatía limitada, es necesario comprender que la mejor forma de preservar la especie y avanzar en nuestros derechos y libertades consiste en cooperar y establecer un frente y una causa común para afrontar los actuales peligros dirigidos que sufre el ser humano (económicos, sociales, políticos, familiares, personales...).
Actualmente, el género humano nunca ha sido más consciente de estos peligros y cada vez son más las personas y las agrupaciones solidarias que están intentando afrontar esta situación de terrorismo humanitario en el que "algunos" intentan abocarnos desde hace mucho tiempo.
(1) González Portal, MªDolores (1992). Conducta prosocial: evaluación e intervención. Ed. Morata.
(2) Eisenberg, Zhou, Spinrad, Valiente, Fabes y Liew 2005. Relations hmong positive pareting, children´s effortul control and externalizing problems: A three way longitudinal study. Children development, 76 , 55-1051.
(3) Rushton, 1980. Altruism, socialitation and society. Englewood Cliffs, Mew Jersey: Prentice-Hall.
Jesús Mendieta Martínez
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