Cuando una persona dedica su tiempo al cuidado de otra, surgen con el tiempo una serie de consecuencias físicas y psicológicas que debemos tener en cuenta para poder prevenir. La falta de tiempo para dedicarse a una/o misma/o, la sobrecarga emocional, el cansancio, el deterioro en las relaciones sociales y familiares, la dificultad para conciliar con la vida laboral…
Las tareas de cuidado generalmente recaen en las mujeres, que muchas veces tienen especial dificultad para pedir ayuda, se sienten culpables por sentir rabia y caen en una profunda tristeza. Es por tanto que existe un triángulo peligroso en esta situación (tanto para mujeres como para hombres): Rabia, culpabilidad, tristeza.
Si estás en esta situación o conoces a alguien que se encuentre así, pide ayuda, busca tiempo para ti, cuídate.
Irene Mollá Balañac
Escribir comentario