En muchas ocasiones y ante ciertos acontecimientos que nos hacen sentir vulnerables, se nos dispara una forma de pensar que es ilógica, exagerada, inflexible,
que provoca emociones intensas y que poco ayuda a conseguir nuestras metas y objetivos: es el pensamiento irracional.
Y es que esta forma de pensar, aunque ha sido útil para la supervivencia del ser humano en el tiempo y en determinados contextos, provoca conductas impulsivas y erráticas, caracterizadas por un gran descontrol emocional y en muchos casos conductual. Además, está en la base de muchos desacuerdos y desavenencias entre las personas.
Muchas ocasiones el pensamiento irracional aparece de forma inconsciente, automática, rápida y sin esfuerzo...estas características del pensamiento irracional facilitan que la persona pueda "creer" su contenido y aparezcan emociones y sentimientos "fuera de control".
Si eres capaz de darte cuenta de que has pensado de forma irracional ante una situación determinada, puedes intentar cambiar ese pensamiento por otros racionales que te produzcan emociones moderas que te ayudaran a accionar, a ocuparte y no a reaccionar o a preocuparte. Algunas formas eficaces para mejorar o cambiar el pensamiento son:
COMPROBAR LOS HECHOS: ¿Es cierto lo que estoy pensando?, ¿realmente no sirvo para nada, o nunca hago ni haré las cosas bien? o, ¿es la otra persona la que nunca me comprende? No es difícil darnos cuenta de la falsedad de estas afirmaciones y de dónde nos lleva...
EL MÉTODO DE LA DOBLE EXIGENCIA: A veces nos hablamos de forma humillante, inflexible o condenatoria y si una persona amiga nos habla de sus dificultades y problemas intentamos escucharla, comprenderla y animarla. Esta técnica nos invita a hablarnos con el mismo sentido humanitario con el que tratamos a personas cercanas, en lugar de rebajarnos. ¿Qué le dirías a un amigo/a que estuviera en una situación parecida?
PENSAR EN MATICES DE GRISES O COLORES: En lugar de pensar en los problemas de la forma blanco o negro, todo o nada, intenta pensar en matices. Cuando aparecen pensamientos como no hago nada bien o nunca
acierto en nada o soy un fracasado y siempre fracasaré, me puedo preguntar, ¿Qué es exactamente lo que no he hecho como quería? ¿En qué sí he acertado? ¿Qué
porcentaje de éxito o fracaso asumo?
EL MÉTODO DE LA ENCUESTA: ¿Todo el mundo menos yo está tranquilo cuando habla en público? ¿Nadie menos yo siente vergüenza en las reuniones sociales? ¿Sólo yo me angustio cuando me sale una mancha en la piel? ¿Soy la única persona que a veces se desanima y no le apetece hacer nada? Preguntando a otras personas te darás cuenta de que no estás solo/a en el mundo con esas dificultades.
ANÁLISIS DE COSTE Y BENEFICIO: Consiste en enumerar las ventajas y las desventajas de hacer caso de un determinado pensamiento o dejarse llevar por una determinada emoción. ¿En qué me ayuda y en qué me perjudica pensar o sentir de una determinada manera?. Por ejemplo pensamiento del tipo "Debo ser perfecto/a" "Siempre me equivoco por mucho que me esfuerce".
Una vez desmontados los pensamientos irracionales es importante sustituirlos por otros que sean adecuados y que faciliten la aparición de emociones genuinas, al contrario que el pensamiento irracional que provoca emociones parásitas. De esta forma serán tus verdaderas necesidades las que dirijan tu conducta.
Conocer los propios deseos, su significado y su coste, requiere la más alta virtud humana: racionalidad. Ayn Rand.
Enlaces a artículos del blog relacionados:
¿Cómo estás hoy? (Tu memoria emocional de bolsillo)
- Pensamiento racional vs. pensamiento irracional (en tiempo de crisis)
- Pensamiento racional vs. pensamiento irracional (III): ¿Qué emociones puedes esperar?
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Jesús Mendieta Martínez
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