Basada en la Psicología Positiva y Cognitiva, esta aplicación tiene como objetivo facilitar herramientas que fomenten el crecimiento personal utilizando las nuevas tecnologías y acercando a las personas a la Psicología, que muchas veces parece lejana, difícil e inaccesible.

Mediante proverbios, frases y recordatorios podrás dirigir tu conducta y automotivarte. Los proverbios nos ayudan a reflexionar, y las lecciones del día sirven para dirigir nuestra conducta, motivarnos y facilitar las actitudes deseadas. 

Ser consciente de tus emociones y sentimientos es muy importante para saber detectar tus necesidades. Anotarlas y poder recordarlas puede ser muy útil. 

Además, profundizar la atención en las emociones nos invita a averiguar los pensamientos que suelen precederlas y darnos cuenta de su importancia.

La interactividad, la comodidad, y el fácil acceso a los datos registrados nos proporcionarán un rápido acceso a nuestra memoria emocional.

Monitorizando tu estado de ánimo podrás ser consciente de la relación que tienen tus pensamientos con las emociones que sientes.

Desde nuestra experiencia profesional, trabajar los elementos de la Psicología Positiva proporciona efectos positivos en el estado de ánimo y en la motivación para el cambio, haciendo más llevadero el ejercicio de autodisciplina que supone iniciar un proceso terapéutico, el cuál, en algunos momentos se hace pesado y aburrido.

También intuímos que aplicar algunos principios de la Psicología Positiva durante la fase de seguimiento y como actitud vital, pueden consolidar los efectos de la terapia. El desvanecimiento de los efectos psioterapéuticos es uno de los problemas que más preocupan a los/as psicólogos/as.

Enseñar los principios de la Psicología Positiva puede motivar a las personas a trabajar de forma directa para generar sus emociones y estados de ánimo deseados y prevenir la vuelta de ciertos síntomas y conductas problemáticas que se trabajaron durante la terapia. Si los problemas resurgiesen, una actitud positiva y racional puede facilitar que la persona retome las conductas, la actitud y los hábitos deseados que se aprendieron a desarrollar durante la terapia, con más diligencia.

No se trata de evitar las emociones negativas, sino de detectar la necesidad que nos están mostrando. A veces es pararse y pensar qué nos están realmente diciendo. Además nos muestran las dificultades que tenemos para dirigirnos hacia objetivos estancados u olvidados. Las emociones negativas nos aportan una valiosa información de lo que necesita ser cambiado, las áreas a ser trabajadas y los problemas a resolver. 

La Psicología Positiva se encarga de estudiar las emociones positivas y trabajar por el bienestar. La Psicología Positiva tiene sus antecedentes en la Psicología Cognitiva y la Psicología Humanista, principalmente.

La Psicología Positiva es una rama de la Psicología que busca comprender, a través de la investigación científica, los procesos que subyacen a las cualidades y emociones positivas del ser humano, durante tanto tiempo ignoradas por la Psicología. El objeto de este interés no es otro que aportar nuevos conocimientos acerca de la psique humana, no sólo para ayudar a resolver los problemas de salud mental que adolecen los individuos, sino también para alcanzar mejor calidad de vida y bienestar. Todo ello sin apartarse nunca de la más rigurosa metodología científica propia de toda ciencia de la Salud. La Psicología Positiva representa un nuevo punto de vista desde el que entender la Psicología y la Salud Mental que viene a complementar y apoyar al ya existente.

Barbara Fredrickson, investigadora en psicofisiología y emociones positivas, en Carolina del Norte, sostiene que emociones como la alegría, el entusiasmo, la satisfacción, el orgullo, la complacencia, etc., aunque fenomenológicamente son distintas entre sí, comparten la propiedad de ampliar los repertorios de pensamiento y de acción de las personas y de construir reservas de recursos físicos, intelectuales, psicológicospsicológicos y sociales disponibles para momentos de crisis.

La reciente Teoría del Bienestar de Martin E.P. Seligman tiene como su objetivo fundamental, el facilitar crecer como persona aumentando la emoción positiva, la entrega (fluir), el sentido, las relaciones positivas y los logros. No es, simplemente, aumentar la satisfacción con la vida.

La Inteligencia Emocional es una área de la Psicología Positiva. En el aprendizaje y desarrollo de la Inteligencia Emocional inciden una serie de factores como la herencia, lo que aprendemos y las circunstancias del entorno. La Inteligencia Emocional es una cualidad que habitualmente mejora con la edad, gracias al valor de la experiencia, el conocimientos sobre nuestras acciones y nuestras reacciones, nuestros aciertos y nuestros errores, siempre que aprendamos de ello.

Para ello, tomar perspectiva y tener una buena memoria emocional tienen un papel fundamental. Se puede mejorar el desarrollo de la inteligencia emocional, en cualquier edad, ya que también es una habilidad, mediante el aprendizaje teórico y práctico de las bases de la inteligencia emocional, siendo más efectivo cuanto más práctico sea el aprendizaje, y para ello tiene que ser interesante, ameno y divertido, y la Psicología Positiva lo es. La inteligencia emocional se puede aprender y desarrollar a cualquier edad.

El concepto Inteligencia Emocional (IE) apareció por primera vez desarrollado en 1990 en un artículo publicado por Peter Salovey y John Mayer.  Según Daniel Goleman necesitamos una nueva visión del estudio de la inteligencia  humana más allá de los aspectos cognitivos e intelectuales que resalte la importancia del uso y gestión del mundo emocional y social para comprender el curso de la vida de las personas. Goleman afirma que existen habilidades más importantes que la inteligencia académica a la hora de alcanzar un mayor bienestar laboral, personal, académico y social. 

Un nivel bajo de cociente emocional (CE) puede hacer que en determinadas situaciones la persona no sea capaz de utilizar la inteligencia académica o el cociente intelectual (CI). Aunque el CI puede predecir éxito académico, no predice el nivel de satisfacción en la vida. 

La Teoría Cognitiva predice nuestras emociones en base a los tipos de pensamientos que aparecen antes de que surja la emoción. Sentir unas emociones u otras, depende fundalmente de lo que pensamos.

Para la Psicología Cognitiva, es importante la forma en que pensamos sobre los hechos. Los pensamientos crean las emociones. A veces nuestras actitudes están determinadas por creencias que nos hacen reaccionar ante los acontecimientos de manera inmediata, drásctica, e inadecuada, son las creencias irracionales (querer ser perfecto, necesitar la aprobación de los demás, etc.). Además existen formas distorsionadas de ver la realidad, son sesgos de pensamientos que limitan nuestra capacidad de entender las situaciones (generalizar, filtrar lo negativo, interpretar lo que está pensando la otra persona, etc.). Las creencias irracionales y las distorsiones del pensamiento están conectadas: distorsionamos la realidad para que se adapte a nuestras creencias.

La Psicología Cognitiva también nos invita a ver las cosas de una forma diferente. Es importante buscar una manera de ver la realidad y una dirección vital que sea útil, realista, y que no provoque emociones negativas intensas, que después dan lugar a reacciones desproporcionadas.

En la Psicología Cognitiva se analizan los pensamientos que provocan las emociones, buscando una manera más apropiada y motivante para describir la realidad, a uno mismo, a los demás, al mundo, al pasado, al presente o al futuro. En  la psicoterapia cognitiva, por ejemplo, se usan las autoinstrucciones para afrontar situaciones, dirigir los comportamientos y facilitar emociones, sentimientos y estados de ánimo más adaptativos, deseados o por lo menos que sean más asumibles...